¿Sabías que…? (4 jul 2021)

… los llamados «ricoshombres de Navarra» fue una élite nobiliaria, en torno a una docena, con gran influencia en el gobierno del Reino de Navarra durante varios siglos?

Para Julio Caro Baroja «el rico hombre es el pariente mayor, el cabo de armería en múltiples casos».

Desde el siglo XIII, según escribe el prof. Ángel Martín Duque, se tiene noticia de una «élite nobiliaria de los antiguos barones, tenentes natos de honores, rentas y castillos de la Corona». Este grupo social se corresponderían con los seniores pamploneses que el compilador del llamado «Fuero Antiguo» dos siglos después tradujo al romance navarro y sus equivalentes mediante la expresión «los más ancianos de la tierra». Los equivalentes a finales del siglo XII, según el «Liber Regum» serían los ricoshombres, habitual denominación castellana.

La prof. Eloísa Ramírez Vaquero y el prof. Íñigo Mugueta Moreno matizan que dentro del estrato nobiliario debieran distinguirse dos grupos de especial relevancia, situados en los extremos: el de los ricoshombres y el de los hidalgos o infanzones. Quedaría entre medias un sector indefinido, que cabe considerar la escala de ascenso de los primeros, cuando se dan las oportunidades adecuadas (milicia, servicio, etc.)​, el de los caballeros.​

Los Ricoshombres de Navarra fueron el grupo social más privilegiado, con alta capacidad económica que ejercieron funciones políticas relevantes dentro de la administración del Reino de Navarra y, por tanto, una clase muy cercana a los monarcas, sus consejeros habituales.

Pero ¿cuańtos y quiénes eran?

LOS DOCE RICOSHOMBRES

Es habitual leer que eran sólo doce y miembros de doce linajes determinados cuando tal número y relación fue variando durante los siglos y por circunstancias de variada índole.

El prof. Íñigo Mugueta indica que había linajes «dotados de una solera y raigambre tradicionales (Aibar, Almoravid, Azagra, Lehet, Oteiza, Rada, Subiza y Vela) y otros, aparentemente más jóvenes, ascendidos como consecuencia de la ramificación de antiguos troncos familiares, o del ascenso social a partir de la plataforma de los milites o infanzones (Baztán, Cascante, Óriz o Ramírez de Pedrola o Piérola)».

Estos se irían desapareciendo como los Urroz y Mauleón (este último de la Baja Navarra) con Teobaldo II de Navarra, mientras que los Cascante y Monteagudo se unirían en un solo linaje. En 1264 figuran las siguientes casas: Almoravid, Rada, Lodosa, Barillas, Leet, Baztán, Vidaurre, Arróniz y Monteagudo. En la detallada tabla adjunta, elaborada por la prof. Eloisa Ramirez, se puede observar una enumeración muy variada con la información de los siglos XIII y XIV.

 

En los siglos XV y XVI entran otros linaje en liza de tal relación como los Beaumont o los Navarra que asumirán roles protagonistas, relevantes y primordiales durante la larga guerra civil que desvastó el reino durante ochenta años y que culminó con la conquista e incorporación a Castilla en 1512. Ambos casos eran linajes de origen regio y en torno a los mismos se tejen complejas alianzas. Por un lado, Luis de Evreux, hermano de Carlos II, era conde de Beaumont le Roger que no tuvo hijos legítimos aunque sí hijos naturales con María de Lizarazu: Carlos, Tristán y Juana. De los tres nace el linaje de Beaumont. Por otro lado, Leonel fue un hijo natural de Carlos II que asumió también el título paterno como apellido: Leonel de Navarra dando lugar al linaje de Navarra. Aquellos tendrán el título de Alférez, desde 1379, o Condestable de Navarra, desde 1430. Los segundos, desde 1428, el de Mariscal de Navarra linaje que terminó emparentando con los Peralta.

 

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