¿Sabías que…? (20 jun 2021)

… la Batalla de Beotíbar fue uno de los combates más sangrientos entre campesinos navarros y sus vecinos vascos del reino castellano, durante los siglos XIII, XIV y XV en la denominada “frontera de los malhechores” situada desde el Bidasoa hasta la Sierra de Codés?

En la sección de Comptos del Archivo Real y General de Navarra bastantes documentos hablan con detalle sobre el bandidaje fronterizo que ejercen los malfechores alaveses y guipuzcoanos en tierras de las merindades de Pamplona (o de las Montañas) y Estella así como la represión que del mismo realizan las autoridades navarras.

La frontera de los malhechores empezó a gestarse a partir de la conquista castellana del Duranguesado, de Álava y de Guipúzcoa en 1199-1200 continuando hasta mediados del siglo XIII donde los reyes castellanos realizan una nueva ordenación de la frontera dotando de fueros a varias localidades de la misma y levantando varios castillos. Por contra en el lado navarro no se observa esfuerzo similar al castellano.

Desde esas fechas afloran los delitos en la frontera constituidos por el robo de ganado, asaltos a arrieros y apresamientos con rescate. Entre 1290-1350 proliferan las expediciones de saqueo y campañas de represión llegando a haber hasta dos merinos de Pamplona para afrontar el problema, siendo eliminados los mismos en algunos de los enfrentamientos.

Mapa de La frontera de los malhechores (1250-1521)

Las acciones de pillaje, que incluían agresiones violentas e incluso asesinatos, crearon un clima de temor, de miedo, en las comarcas afectadas más frecuentemente por tales depredaciones. En ocasiones los ataques de los guipuzcoanos contra los navarros eran incluso legales. Esto se producía cuando estallaban las guerras entre los reinos de Castilla y Navarra, como sucedió en 1335 al asaltar los Lazcano y los Oñaz los castillos de Ataun y de Ausa. A uno y otro lado se dieron varias batallas que ganaron unos y otros. Con todo, aunque se ganaban batallas, no se estaba ganando la guerra contra el problema que se mantuvo hasta el siglo XIV.

A mitades del siglo XIV de un giro radical la política navarra con este tema de la frontera: se convertió a los Parientes Mayores y escuderos en vasallos del rey de Navarra, es decir, el ladrón pasa a ser el guardián.

LA BATALLA DE BEOTÍBAR

Los guipuzcoanos oñacinos habían ocupado el castillo de Gorriti en 1321 y el gobernador de Navarra, el francés Ponz de Mortagne (“Morentayna”), montó una gran operación para recuperarlo y dar un escarmiento a los guipuzcoanos “malfechores”.

Reunió con este objeto una numerosa hueste, encabezada por los merinos de las Montañas (Juan López de Urroz) y de Tierra de Estella (el francés Dru de Saint Pol), con la inclusión de las mesnadas de varios ricoshombres y gentes de concejos. Tras recuperar el castillo de Gorriti, la expedición navarra remontó los puertos de Urto y San Antón y, ya en tierras guipuzcoanas, incendió el lugar de Berástegui. Se disponía a desembocar en el valle de Oria cuando fue sorprendida en el desfiladero de Beotíbar por los hombres de Gil López de Oñaz, descalabro le ocasionaron un gran descalabro (1321, septiembre). Perecieron en el desastre el alférez del reino (Martín de Aibar) y dos de sus hijos, así como los merinos de las Montañas y de Estella, junto con otros muchos navarros y franceses.

Litografía de la bordon dantza en el Alarde de Beotibar

«Mila urte ygarota
ura vere videan.
Guipuzcoarroc sartu dira
Gazteluco echean,
nafarroquin batu dira
Beotibarre pelean…”

“Pasados mil años
el agua sigue su curso.
Los guipuzcoanos han entrado
en la casa de Gaztelu,
con los navarros se han topado
en la batalla de Beotíbar”

Así hablaba un cantar en vascuence, conservado por Esteban de Garibay, texto que, según Luis Michelena, es mucho más reciente que el hecho de armas de 1321. Según él “quipuzcoar” es un voz usada más tarde de estas fechas siendo de uso común en los tiempos en los que escribía Garibay.

La “Bordon-dantza” o “pordondantza” recuerda esta batalla. Se baila en Tolosa, en el día de San Juan. Es, según el Padre Donostia, una ezpatandantza, aunque ejecutada con largas pértigas.

Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar